sábado, 20 de octubre de 2012

Cómo ayudar en la boda sin estorbar



“Mi único hijo se va a casar y no me deja participar en la organización de la fiesta, me dio diez invitaciones para que puedan asistir mis amigas y me dijo que no me preocupara, que todo ya estaba encaminado”, cuenta Sonia de 46 años, secretaria en una entidad financiera.

Éste es un tema que a menudo se repite en las familias. Antes de nada, se debe tomar en cuenta si son los padres quienes están costeando el festejo o son los hijos ya adultos los que pueden arreglárselas solos.

Como cualquier padre de familia, seguro te gustaría coordinar el evento o al menos ser parte activa de la organización para que no exista problemas, pero a veces los hijos prefieren hacerlo todo solos. Si eso te hace sentir mal, como si no te tomaran en cuenta en un momento tan importante, piensa que, por el contrario, es algo muy positivo, pues es una manera de probar su responsabilidad sobre temas económicos y organizativos.

“Ésta es la mejor prueba para los novios de que pueden responder solos y llevar adelante la nueva vida que han elegido y en la que dejarán de depender de los padres”, dice la psicoterapeuta Sherezada Exeni.

La psicóloga Tatiana Jáuregui coincide con Exeni en que el definir ciertos aspectos como el lugar, el grupo de música que se va a contratar, la comida, el número de invitados y otros detalles, dependerá de quién se va a hacer cargo de la fiesta en función de sus actividades económicas. “Delinear algunos límites y alcances con la otra parte es importante, lo que no significa adueñarse de la fiesta, pero sí intercambiar sugerencias para ver qué es posible hacer y qué no se puede hacer”.

“No olvidemos que para los padres es un logro el que los hijos se casen, en sentido de que ya los ven completamente formados y, si se trata del hijo único, es más que seguro que se trata de algo muy trascendental para ellos, por lo que quieren hacerlo todo”, explica Jáuregui.

La psicoterapeuta Sherezada Exeni aconseja, tanto a los padres de familia como a los novios, mostrarse muy generosos los unos con los otros y escuchar sugerencias.

Los papás pueden intervenir con respeto en una charla inicial y sin imposiciones. No deben involucrarse en asuntos más íntimos, como elegir el vestido de la novia, y menos tratar de que ésta use algo de la madre o la suegra. Jamás se deben imponer ideas y menos atreverse a actuar sin el consentimiento de los novios.

Respeto

Aún cuando sean los padres los que pretendan correr con los gastos, se debe respetar la decisión de los novios en caso de que ellos prefieran una pequeña celebración con no más de 20 invitados muy cercanos, en la sala de la casa y por un par de horas.

Apoyo

Impulsa a tu hijo si prefiere ahorrar el dinero de la fiesta para viajar con su nueva esposa o quizá para invertir en la casa donde van a vivir después del matrimonio. Muchas veces es mejor comprar muebles, cuidar el presupuesto para la compra o el anticrético de la casa en lugar de gastar en una fiesta.

Negocia

Como padre mantén tu espíritu generoso y de flexibilidad. Si te dejan negociar, busca hacerte cargo de puntos más abiertos, como el lugar o la comida, pero no te involucres en la ropa que quieren vestir los novios o el lugar elegido para la luna de miel.

Fuente: Tatiana Jáuregui, psicóloga; y Sherezada Exeni, psicoterapeuta.

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