jueves, 24 de abril de 2014

¿SE ACERCA EL DÍA DE TU BODA Y COMIENZAS A DETESTAR A TODO EL MUNDO? ¿PIENSAS QUE NADIE HACE LAS COSAS BIEN?

No es nada fácil organizar una boda. Compaginar además esa tarea tan compleja con los estudios, el trabajo, la vida social y las tareas de la casa, muchas veces lleva a las novias a la desesperación y al abismo. Pues, ten cuidado, se supone que organizar tu boda no debería ser traumático, sino una experiencia placentera y emocionante, como la misma boda. “Bridezilla” es un término estadounidense compuesto.

Viene de bride (novia) y el monstruo Godzilla! Designa a aquellas novias que se convierten temporalmente y bajo los efectos del estrés, en personas odiosas, egocéntricas y molestas, pues lo único que tienen en mente son los planes y preparativos para su boda y están tan nerviosas y obsesionadas con los detalles que se vuelven insoportables.

A continuación compartimos algunas señales para que compruebes si te estás convirtiendo en una de ellas.

LAS SEÑALES

Estás tirando la casa por la ventana

Piensas que ésta será tu única boda, y por eso quieres gastarlo todo, aunque así lo sea ¿No crees que quedarte en números rojos no es tan buena idea por una boda? Piensa que más adelante habrá gastos, como comprar una casa, un coche, la luna de miel, etc. No te obsesiones con tenerlo todo.

Siempre estás de mal humor

Si antes de que empezaras a planear la boda todo estaba bien, pero desde que te comprometiste y comenzaste con la organización del evento de pronto todos se convirtieron en un grupo de insensibles que no te entienden, tienes un problema:

No son ellos, eres tú. Tal vez te estás tomando las cosas precipitadamente.

Monotema

Cualquier conversación inevitablemente termina abarcando “El Tema”. Los manteles, los fotógrafos, las flores, el menú, los detalles…anillos, vestidos, trajes, invitados…Seamos realistas, es muy importante para ti, pero… ¿Y para los demás? Prueba interesarte un poco por sus vidas, ayudará a que tus relaciones no se resientan tanto.

Todos perfectos

Si para las fotos de tu boda, le has dicho a tu papá que debe perder algunos kilos, a tu mamá que se tiene que pintar el cabello y a tu hermana le diste un pase gratis para ir a que le depilen la ceja, porque quieres que ellos salgan perfectos en tus fotos, debes detenerte. Está bien que quieras que todos salgan bien, sin embargo debes mantener tu obsesión al margen y dejar a los demás que sean como son.

Discutes de todo

¿Estás discutiendo todo el tiempo con tu futuro esposo?. Si se le ponen los ojos vidriosos cada vez que mencionas la boda o peor, discutes por todo, invitados, manteles, gastos… ¡Stop! Se están casando porque se aman, es lo único realmente importante del día de tu boda.

Tus damas te evitan

Si por alguna razón sus vestidos, la forma en la que entrarán a la iglesia y demás han causado conflicto, es probable que vaya más allá de una situación aislada. Si tus damas te evaden y no te contestan las llamadas, es una muy mala señal de que te has excedido con tu intención de tener todo perfecto. Tal vez es hora de hablar y disculparte.

No tienes tiempo para nada más

Si de pronto una salida al cine se ha vuelto algo que debes agendar semanas antes porque estás ocupadísima con la planeación de la boda, es momento de que te relajes y que dejes esto en las manos de un especialista. No sólo tienen bastante experiencia y saben cómo funciona el medio, sino que te permitirá relajarte y continuar con tu vida, antes de que la boda absorba el poco restante que tienes.

La reina del control

Si la estás organizando tú, quieres decidirlo todo. Si te ayuda una ‘wedding planner’ quieres estar siempre en las citas con proveedores. ¡Cálmate! Deja tus trastornos obsesivos compulsivos en otro lado y mejor dedícate a relajarte, haz ejercicio, pierde algunos kilos, ve a un spa y hazte un tratamiento o un peeling. Lo que sea que calme tus nervios y tu ansiedad por el control.

No hay comentarios:

Publicar un comentario