jueves, 23 de abril de 2015

Que tu boda sea una celebración, no un martirio

Tu boda, es una celebración especial y única, si quieres que sea un evento de calidad, nunca improvises en su planeación y preparativos. Estos son los errores más comunes en los que se puede caer al momento de organizar una boda.

Ser la encargada de todo

Uno de los errores más comunes es el no asesorarse de expertos y dejarle la organización a personas que sin experiencia omiten detalles importantes que solo se descubren, cuando el día de la boda está cercano o peor aún, durante su desarrollo. Hoy en día la mayoría de las parejas de novios contratan un organizador de bodas, aunque muchas otras piensan que es un gasto inútil. En realidad, el día del evento van a valorar realmente la importancia de contar con la ayuda de un buen experto.

Endeudarse

Es importante hacer un presupuesto realista y apegarte a él. Algunos detalles onerosos como por ejemplo un vestido de diseñador pueden hacerte perder el piso y eso puede hacer que comiences tu vida de casada con deudas y eso se paga muy pero muy caro.

No saber priorizar

Primero calcula al detalle tu presupuesto y sobre eso haz una lista de prioridades, dedicando más a lo que valoras más. No realizar un presupuesto detallado es arriesgarse a estar en shock al darse cuenta de todo lo que se ha gastado y aún hay muchas cosas básicas que faltan por preparar.

No tener un plan B

Hay que estar preparados cuando la recepción o la ceremonia es al aire libre, es un error muy común, ya que las amenazas climáticas son una sorpresa. Cuando tu ceremonia de boda se va a realizar al aire libre, es muy importante contar con una carpa en caso de que sea una ceremonia católica o cristiana; si es un matrimonio civil, por ser más corto, puedes sortear y jugar con el clima a tu favor, sin embargo siempre hay que tener un plan B.

Cortarse el cabello ese día

Ni pienses cortarte o teñirte el pelo una semana antes o el día antes del matrimonio, (tanto para el novio como para la novia), puesto que no habría tiempo de arreglarlo, lo ideal es hacerlo por lo menos un mes antes. Incluso si tu peluquero es un maestro en estas lides, es totalmente desaconsejable que te tiñas de un color nuevo antes de la boda.

No hacer pruebas de maquillaje

Las pruebas de estilo y maquillaje deben comenzar hasta con tres meses de anticipación al día de la boda, y es por esto que debes mantener el mismo corte de cabello durante ese proceso. Además que el estilo y la textura de tu cabello cambiarán si lo cortas, ten en cuenta que un corte de cabello drástico puede lucir mal con el tipo de vestido que elegiste, con el velo o los accesorios.

Peelings de último minuto

Tratamientos de belleza, para él y para ella, como peelings, bronceados o depilaciones jamás deben realizarse a último minuto. Muchas parejas piensan que deben dejar para la última semana antes de la boda o para uno o dos días antes, aquellos tratamientos o métodos de belleza que les servirán para verse radiantes el gran día.

Que todos opinen sobre el vestido

Aunque es una fecha muy importante, tampoco hace falta que lleves a toda tu familia para que vea cómo eliges el vestido de novia. La recomendación es que vayas sola, o bien, con un familiar muy cercano. Cuando llevas gente de más, lo común es que no a todos les guste el diseño que has elegido, además de que sus opiniones pueden llegar a confundirte para que compres el correcto. Lo que realmente necesitas es un par de personas que sean súper sinceras en sus opiniones, pero que también te conozcan lo suficiente para saber qué tipo de “críticas” necesitas recibir. Eso sí, la seguridad y una buena autoestima son fundamentales en el proceso de compra.

No definir lo que quieres

Si hay algo que debes hacer antes de ir a comprar tu vestido de novia es definir el tipo de silueta que buscas para la boda.

Para ello, es fundamental que conozcas tu cuerpo a la perfección: cuáles son las partes que más te gustan, qué facciones quieres remarcar, qué otros “defectos” buscas ocultar, etc. etc.

Salir de presupuesto

Otro paso importantísimo es establecer un presupuesto realista para comprar tu vestido de novia. Cuando ya lo tengas, por más tentada que estés, mejor aléjate de aquellas tiendas o boutiques que ofrecen diseños con precios altos. Puedes ir, pero lo más seguro es que acabes un tanto frustrada por probarte un modelo sensacional que no puedes pagar. En serio, no hay problema en que elijas un vestido de menor precio; el chiste es que se te vea espectacular y que esa construcción que brille con luz propia.

Pedir una talla que no es la tuya

Todas las novias buscan bajar de peso y lucir un cuerpazo para el día de la boda, pero tampoco caigas en objetivos poco realistas. Hay muchas chicas que llegan a comprar su vestido de novia y solicitan una talla más pequeña, con la ilusión de que, al menos en la segunda prueba, les quede mejor. ¡No lo hagas! Aunque esto sea lo más habitual, lo importante es que conozcas tu cuerpo y te mantengas en un peso saludable; no olvides que muchas veces las novias sufren de antojos y ansiedad antes de la boda, así que no querrás matarte de hambre para entrar en el vestido de novia.

Abusar del colorete

Una cosa es querer llevar un bonito tono sonrojado en las mejillas y otra muy distinta parecer Heidi. Si eliges un color muy pigmentado como colorete, es importante aplicar la cantidad adecuada a nuestro tono de piel, y difuminarlo muy bien en sentido ascendente.

Pasarte con el autobronceador

Seguro que aunque seas muy blanquita de piel te apetece lucir un tono bronceado el día de tu boda, para resaltar aún más con el blanco del vestido. Sin embargo, si te pasas con el autobronceador o con los rayos UVA, el resultado que obtendrás será un tono anaranjado muy artificial, que es de todo menos favorecedor.

Dejar los trámites legales para el final

Hoy en día, es una realidad que la gente –incluso las novias- tienen bienes que quieren proteger. Esto se ha vuelto particularmente importante, ahora que existen tantas “segundas nupcias” en donde la novia o el novio pueden tener ya hijos a quienes les quieren dejar sus bienes al morir. El dejar este tipo de discusiones para una semana antes de la boda, seguramente incrementará el estrés al 1000% y podría, en el peor de los casos, peligrar la boda. Así que les pedimos por favor tomar el tiempo para discutir estos temas varios meses antes.

Tener demasiados invitados

Asegúrate de coordinar tu lista de invitados con la capacidad del salón o centro de eventos donde será tu boda. No puedes invitar a 400 personas asumiendo que solamente 250 de ellas confirmarán su asistencia, porque si resulta que son 300 los que confirman, tendrás que eliminar de alguna manera a 50 de ellos. Este tipo de lugares no pueden simplemente agregar 10 mesas más. Así que para evitar esto, asume que por lo menos un 80% confirmarán su asistencia y limita tu lista de acuerdo a eso.

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