miércoles, 4 de noviembre de 2015

Cada vez se casan menos personas

Las estadísticas lo advierten: en España cada vez se casan menos personas. Se ha pasado de 216.451 matrimonios en el año 2000 a 158.425 en 2014, lo que supone un 27% menos. Tal es la situación que el último informe «Nupcialidad y ruptura en España 2015», elaborado por el Instituto de Política Familiar (IPF), habla de «desmoronamiento» en el número de matrimonios, una caída que hubiera sido mucho mayor aún si no hubiera sido por la inyección que suponen los matrimonios internacionales (25.840 el año pasado).

La situación «es muy preocupante», señala Eduardo Hertfelder, presidente de IPF, porque España se encuentra en este aspecto a la cola de Europa. En su opinión, son varias las razones de este acusado descenso de nupcialidad, pero destaca en primer lugar el motivo económico. «Bien es cierto que estamos saliendo de la crisis, pero aún hay muchas personas en paro, otras con sueldos basura o con contratos temporales que les impiden plantearse un proyecto de vida estable a largo plazo, por lo que deciden postponer su matrimonio o no celebrarlo». De hecho, el estudio señala que los españoles se casan cada vez más tarde, a los 35,3 años de media.

También explica que hay otros motivos culturales, puesto que en la sociedad actual «se ha creado un ambiente favorable a la infidelidad y a la falta de esfuerzo en querer solucionar una relación matrimonial, en el caso de que no funcione adecuadamente. La opción más fácil que se proclama es la de romper, en vez de la de luchar por recuperar el amor de la pareja».

Edades a las que se rompe la pareja

Según el presidente del IPF los matrimonios que más se rompen lo hacen cuando cumplen los 15,8 años de media. Tambien hay otra franja a la que suelen separarse que es la que comprende entre los 5 y los 10 años de duración. «En este caso es porque durante este periodo las parejas suelen tener hijos y la relación afectiva hacia el otro cónyuge se desvía a los hijos. Además, se cae en la rutina, muchas veces estresante, y la comunicación se limita mucho».

A partir de los 15,8 años y hasta los 20 años de convivencia, también se rompen muchos matrimonios «porque los hijos ya se han hecho mayores, se van de casa y de repente se encuentran los dos cónyuges solos en el hogar como aútenticos desconocidos y con una nula afectividad», matiza Hertfelder.

Falta de compromiso

Además, tal y como matiza el estudio del IPF, uno de cada siete hogares de parejas está formado por parejas de hecho. Se ha pasado de 563.785 parejas de hecho en el año 2001 a 1.602.900 en el 2014 , lo que ha supuesto un incremento de más de un millón de parejas de hecho; es decir, un 184% más. «Este crecimiento se produce precisamente —matiza Educardo Hertfelder— porque se ha creado una conciencia generalizada de falta de compromiso en nuestra sociedad. Las personas no creen en la estabilidad futura y, por eso, optan por fórmulas y uniones de caracter temporal. El matrimonio les asusta porque les supone un mayor compromiso».

Rupturas familiares

Mientras el índice de personas que deciden no casarse cae estrepitosamente, el panorama de los matrimonios tampoco es nada alentador, tal y como se advierte en este estudio del Instituto de Política Familiar, el tercero de los cinco estudios que presentarán hasta el próximo 20 de diciembre. En 2014 se produjeron 168.556 matrimonios y 110.764 rupturas familiares, lo que supone que, por cada diez matrimonios que se celebraron en un año, se rompieron siete. España es junto a Portugal, Dinamarca y Luxemburgo el país de la U28 con la mayor tasa de ruptura por matrimonio.

Las cifra apuntan que en nuestro país se rompe un matrimonio cada cinco minutos; o lo que es lo mismo, 12 matrimonios cada hora, 290 rupturas cada día, conviertiéndose en uno de los principales problemas de las familias españolas.

Del total de rupturas, la inmensa mayoría son divorcios (100.746, el 95,1%%), mientras que tan solo hay 5.034 separaciones (el 4,8%) y 113 nulidades (el 0,1%).

Una Ley de familia

Para el presidente del IPF, las causas de este aumento de las rupturas son muy claras. «En España no existe una protección jurídica a la familia, no hay una ley de familia —como sí la hay del tabaco, por ejemplo—», apunta. «La ley del divorcio exprés por la que una pareja puede romper su relación de forma unilateral, de manera inmediata y sin alegar motivo alguno, ha hecho mucho daño», lamenta. Concretamente, con la entrada de la ley del divorcio exprés, los divorcios se han incrementado en 49.772 al año (periodo 2004-2014), lo que ha supuesto un incremento del 98%, pasando de 50.000 divorcios en el 2004 a más de 100.000 en 2014.

Añade que, al margen de la legislación, en losmatrimonios se está produciendo un gran problema y es la falta de comunicación, un problema paulatino y creciente. «Los horarios laborales extensos y la falta de conciliación hace que las personas tengan menos tiempo para dedicar a su cónyuge e hijos. Todo ello —prosigue— lleva a una dejación de responsabilidades en la pareja que conduce a que cada uno se centre en sí mismo, en su propia satisfacción personal y no en la entrega hacia la pareja. Estamos inmersos en una sociedad cada vez más egocéntrica».

El informe también hace especial mención a que la ruptura familiar afecta sobre todo a los matrimonios con hijos: 6 de cada 10 matrimonios que se rompen (separación y/o divorcio) tenían hijos, siendo los hijos menores los más afectados por la ruptura. Mientras la estabilidad conyugal trae consigo un mejor desarrollo personal e integral tanto para los cónyuges como para los hijos, la ruptura familiar provoca dramas, fracasos personales y familiares que afectan a todos: padres e hijos.

Llamamiento a los partidos políticos

Eduardo Hertfelder señala que concretamente afecta a 10.000 hijos al año, de los que 85.000 son menores de edad. «Los psicólogos aseguran que los niños son los grandes perjudicados de la separación de sus padres porque en un primer momento consideran que ellos son los culpables de la separación de sus progenitores, dos personas que siempre se han querido».

Además, señala que les produce un tremendo daño porque la vida de los pequeños cambia de forma considerable y ya no pueden convivir con las dos personas a las que quieren y con las que se sienten seguros y en equilibrio en su desarrollo personal. «El hecho de que los hijos vean que sus padres dejan de quererse y que no son capaces de mantener un compromiso, les condicionará para el resto de su vida y en sus futuras relaciones», concluye Hertfelder.

Por todos estos motivos, «queremos hacer un serio llamamiento a las administraciones públicas y a los partidos políticos para que tomen nota de la situación que viven las familias en la actualidad con el objetivo de que incluyan de manera urgente en sus agendas electorales la promoción y protección al matrimonio y a las familias para lograr el mantenimiento de una sociedad fuerte y estable».

Entre las principales demandas que realiza el Instituto de Política Familiar, destacan las siguientes:

Nivel legislativo

1 Promover una mayor protección jurídica de la familia.

2 Desarrollo de una Ley de Prevención y Mediación Familiar para promover su estabilidad .

3 Derogación de la ley del «divorcio exprés».

4 Reformar la ley de protección de las familias numerosas.

Nivel de sensibilización social

5 Creación de una Mesa de Expertos con asociaciones familiares, agentes sociales y administraciones para abordar la nupcialidad y la ruptura familiar y proponer soluciones.

6 Campañas de sensibilización de la importancia del matrimonio y fomento de la conciliación.

Nivel preventivo

7 Impulso de medidas para superar la conflictividad y las crisis familiares según las recomendaciones del Consejo de Europa.

8 Promoción de los Centros de Orientación Familiar (COF) para ayudar a los casados a superar sus crisis y conflictos.

9 Impulsar escuelas de padres.

10 Creación del «préstamo matrimonial» para jóvenes que vayan a contraer matrimonio y cuyas rentas sean inferiores a los 35.000 euros anuales.

Nivel correctivo

11 Promoción de la custodia compartida y el interés prevalente de los hijos.

12 Protección de los cónyuges e hijos ante una ruptura definitiva.

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