lunes, 19 de septiembre de 2016

Diseñadoras se identifican con las novias y las asesoran hasta que lleguen al templo

La imagen de esa pequeña máquina de coser, regalo de su madre cuando tenía 10 años, se le viene a la memoria de Fátima Ávila cada vez que percibe la sonrisa de alguna de “sus novias” que se prueba el vestido para su boda.

Se encuentra de pie, a un costado de su escritorio en el segundo piso de su atelier y tiene entre sus manos una revista con modelos de vestidos blancos para novias.

Sus ojos se agrandan cada vez que recuerda alguna anécdota, especialmente aquellas que se refieren a su niñez, cuando cosía ropa para sus muñecas. A ella siempre le gustó diseñar y se considera una autodidacta.

Ávila asegura que no solo viste a las novias desde hace 10 años sino que también las asesora para que ellas luzcan “lindas” el día de su boda.

La empresa de Fátima Ávila, Fabella Modas, diseña y confecciona vestidos de novias, sus accesorios y presta además los servicios de fotografía, floristería y maquillaje.

Lo único que mortifica a esta diseñadora, que ve salir a las novias con sus vestidos impecables de su atelier, es cuando ellas deben ingresar en sus vehículos y sus atuendos tienden a arrugarse.

Para solucionar este inconveniente, ella sugiere que las novias vayan hasta el templo en un vehículo similar al papamóvil.

DIFERENTES PRECIOS

Los vestidos que se confeccionan en Fabella tienen precios que varían entre 5.704 y 8.350 bolivianos.

En el paquete que ofrece esta empresa está incluido además del vestido, el corpiño, el velo, el portaaros, el maquillaje y el peinado.

En Fabella, la novia puede encontrar también el servicio de fotografía y video, los accesorios de la novia, la florería y el asesoramiento con una planificadora de bodas.

PARA LA MUJER BELLA

La denominación de Fabella surgió de un juego de palabras que hacían ella y su prima, por su nombre, Fátima la más bella, y así designó a su empresa.

Para que la novia se vaya conforme con su vestido, Ávila les pide a las mujeres que acudan a Fabella con por lo menos tres meses de anticipación para programar su espacio y tiempo.

La prueba final del vestido debe hacerse, en el peor de los casos, unos 10 días antes del matrimonio. En ese momento se aprovecha para maquillar y peinar a la novia exactamente como lucirá el día de la boda.

Un vestido de novia se diseña y confecciona en no más de dos semanas. Una persona es la encargada de cortar la tela, otra de bordar y una tercera de coser.

En Fabella, afirma Ávila, se evitan hacer muchas pruebas porque eso puede cansar a la novia. Para costurar el vestido se verifican sus medidas debido a que algunas adelgazan antes del enlace.

SIN MUCHOS ADORNOS

Los vestidos de novia sin muchos adornos y con transparencias están de moda, pero para su confección se requiere de mayor cuidado. El corte de la tela debe ser preciso porque no hay adornos que disimulen las posibles fallas.

Para confeccionar los vestidos de las novias se utilizan telas como gasa, seda, organza y el guipur, entre algunas.

La tarea de una diseñadora no consiste solamente en confeccionar el vestido para la novia, sino principalmente aconsejarle qué tipo de atuendo le queda mejor, de acuerdo con su tamaño y contextura.

La idea es que la novia esté a gusto dentro de su vestido. Ávila señala que, por ejemplo, una mujer introvertida se puede sentir incómoda si es que tiene un traje con mucho escote.

COLORES

En lo que se refiere a los colores, Ávila apunta que desde hace un par de años las novias prefieren los tonos azulados, tizas, hueso y perla porque son más elegantes que el blanco puro.

Fabella ha incursionado desde hace cinco años con una nueva línea, el color paja con la tela tocuyo rejilla, un corte rústico.

La confección con este tipo de tela ha dado buenos réditos a Fabella por la aceptación entre las novias, especialmente las que llegan del extranjero.

TOQUE PERSONAL

Betty Muños escoge los modelos para sus vestidos de novia en las revistas o internet, pero asegura que le da su toque personal, de acuerdo con la exigencia de la novia.

A partir del mes de septiembre, Muños, propietaria de Boutique Mel, afirma que su trabajo se redobla y debe esforzarse más para cumplir con sus clientes.

Con la ayuda de una bordadora, ella logra confeccionar unos ocho vestidos como promedio cada mes.

Su tarea consiste también en asesorar en la imagen personal de las novias para que elijan el vestido que más se adecúe a su cuerpo.

En el caso de su atelier, los precios de los vestidos que confecciona varían en un rango de 3.200 y 6.000 bolivianos.

Ella, al igual que sucede con la empresa Fabella, les pide a sus clientes que acudan con unos tres meses de anticipación, porque a veces llegan a pocos días de su matrimonio y para eso “hay que trabajar más”.

En la avenida Ayacucho, entre la Heroínas y Teniente Arévalo hay un poco más de 20 tiendas, boutiques y ateliers que ofrecen a la venta vestidos de novia.

Muños señala al respecto que algunas tiendas importan vestidos de novia desde China, lo que significa un perjuicio para las confeccionistas porque las ventas se han reducido.

En algunos casos, afirma, las tiendas alquilan vestidos de novias, también traídos desde China.

El estilo clásico, con toque vanguardista cobra fuerza en los trajes para hombres

La sastrería clásica con un toque vanguardista es la tendencia que se impone este año en ternos para novios, “desde impecables trajes de americana (saco) y pantalón, pasando por el elegantísimo esmoquin, hasta el chaqué”, asegura la gerente nacional de Marketing de Julyo’s, Cinthia Rodríguez.

Para 2016, Julyo’s tiene la línea denominada Ceremonia, compuesta por trajes de novio, confeccionados al estilo italiano.

Rodríguez puntualiza que como cada año esta casa de modas apuesta por la moda nupcial para los novios.

TRAJES LISTOS Y A MEDIDA

La empresa Julyo’s cuenta con dos tipos de servicios para los novios: los trajes listos que se exhiben en sus tiendas, cuya compostura viene como un servicio agregado, es decir, sin recargo alguno; y los ternos hechos a medida.

Si bien los clientes de Julyo’s pueden inclinarse por cualquiera de estas dos modalidades, Rodríguez aconseja optar por un traje a medida “puesto que para esta ocasión se debe elegir una indumentaria especial, elegante y sofisticada”.

La empresa entrega un traje hecho a medida en 10 días hábiles, tiempo en el que se incluye la prueba. Sin embargo, este lapso puede variar según la complejidad de la prenda. Por este motivo, Rodríguez recomienda a los hombres que se van a casar acudir con el tiempo de anticipación necesario.

La temporada en la que se confeccionan más trajes para hombres es la estación de primavera, a partir de septiembre, y se extiende hasta el mes de diciembre.

En toda esta época se confeccionan como promedio entre 200 y 300 trajes por mes.

ASESORES

Rodríguez menciona que Julyo’s cuenta con personal capacitado para brindar asesoramiento completo e integrado a los novios, tomando en cuenta detalles como su tono de piel, la talla, el peso, el tipo de acontecimiento y el horario del mismo.

“Nos aseguramos de no omitir ningún detalle, ya que nuestra principal misión es la satisfacción del cliente”, afirma.

TELAS

La calidad de la tela con la que se confeccionan los trajes para los novios es un punto al que se le presta “muchísima atención en Julyo’s, toda vez que con este material se da vida a todos los diseños”.

En cuanto a la gama de colores, Rodríguez señala que ofrece a sus clientes diferentes tonalidades del azul, en especial cobalto, el gris y el clásico pero elegante negro.

Julyo’s tiene también tejidos importados como el cachemir (casimir) inglés raymond en sus variantes gold, silk y platinum y cachemir italiano que son, según Rodríguez, muy conocidos en el ámbito internacional.

LAS PRENDAS

Rodríguez puntualiza que entre las novedades que ofrece Julyo’s se puede ver que los pantalones clásicos dan paso a un nuevo concepto, más corto, tobillero y ceñido a la pierna.

En cuanto a las americanas (chaquetas), estas son más cortas, y para el cuello los bucaneros, corbatas de moño y corbatones.

En cuanto a los chaqués, estos son combinados en dos colores, o lisos en tonalidades azules.

Otra de las novedades son los chalecos, de escote redondo y botonadura en línea.

Rodríguez apunta que esta nueva colección es para muchos un gran ejemplo de sastrería italiana reinventada, un nuevo concepto en el que se definen nuevas líneas y formas de vestir para distintos estilos de moda para caballeros.

Para vestir al novio se cuenta también con el corbatón, la camisa de ceremonia y los gemelos que acompañan a su traje.

Rodríguez explica que el corbatón es de uso casi exclusivo para el novio.

Con esta prenda el hombre que se casa se llega a diferenciar de sus invitados y familiares.

La camisa de ceremonia es especial, “se confecciona para uso exclusivo de trajes de ceremonia y se realiza en tejidos de gran riqueza”.

En la camisa se utilizan diferentes cuellos (por ejemplo italianos o dobles) que también garantizan que el novio se diferencie. Los colores clásicos son el blanco, el crudo y el perla.


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