lunes, 19 de septiembre de 2016

La fotografía debe capturar las emociones de novios y su familia

A diferencia de lo que se hace en forma tradicional, ahora los fotógrafos evitan tomar imágenes posadas.

Daniel y Carolina están tomados de la mano y se miran a los ojos. Ella lleva un vestido blanco, largo, que llega hasta el piso, y él luce un traje plomo oscuro y unos zapatos de charol. La cordillera del Tunari se divisa al fondo, con su manto blanco, como un mudo testigo de la pareja.

Carolina y Daniel atesoran esta y otras fotografías en un voluminoso álbum. Las imágenes fueron tomadas dos semanas después de su boda, en la zona de Pairumani, al norte del municipio de Quillacollo.

Otras fotografías de la recepción social forman también parte de su álbum fotográfico. En ellas se ven a los parientes abrazando a los novios, entregando los regalos o bailando el vals.

El fotógrafo que toma las imágenes en una boda debe capturar las emociones, por ejemplo cuando el padre abraza a la novia y se pone a llorar. “Esos son los recuerdos que la gente quiere conservar ahora”, afirma el fotógrafo Daniel Mariscal.

Explica que este tipo de imágenes están remplazando a las tradicionales, en las que se hacía posar a los novios, invitados y familiares, se les pedía mirar a la cámara fotográfica y se disparaba el flash.

El trabajo de un fotógrafo que toma imágenes de un matrimonio se equipara al de un reportero gráfico, afirma Mariscal, porque su labor es capturar de una forma más natural los diferentes momentos de la boda, sin pedir a los invitados que miren a la cámara.

No obstante, el fotógrafo debe también tomar las imágenes tradicionales, posadas, de los novios con sus familiares, de los padrinos, de los invitados y cuando se corta la torta.

Al final de la recepción, el fotógrafo termina con una muestra de al menos 1.500 imágenes, de las cuales debe seleccionar y editar, una vez que el cliente ha elegido, 150.

SESIONES

Después de la boda, la pareja de novios suele hacer una sesión de fotografía “que está ahora muy de moda en el país”.

Los novios asisten a la sesión principal de fotografía con preferencia en un lugar alejado, una o dos semanas después de realizado el matrimonio.

A algunas parejas les gusta realizar su sesión de fotografía en una laguna, a otras en medio de un bosque, en lugares rústicos o coloniales.

Las imágenes obtenidas en estas sesiones sirven para producir el mosaico y los libros de fotos que son traídos desde Estados Unidos. Las fotografías se imprimen en el libro de acuerdo a una secuencia.

“La idea de nuestro trabajo es que se cuente a través de las fotos una historia, de principio a fin”.

PAQUETES

Mariscal explica que como en cualquier otra actividad, la empresa que dirige tiene un paquete básico que cuesta 2.600 bolivianos, y el más elaborado puede llegar a 7.500 bolivianos. Todo está en función a si la pareja quiere solo fotografías, o video incluido, además del fotolibro.

En el paquete básico, la pareja puede elegir 100 fotografías de 13 por 18 centímetros. Cada una de ellas editada e impresa en papel. Las imágenes se entregan en un disco compacto y se hace también un par de ampliaciones.

Los novios reciben, además, un mosaico de bodas de 40 por 50 centímetros, enmarcado.

El paquete más grande tiene 150 fotografías, impresas y editadas, el mosaico de bodas, un álbum, el disco con las fotos, las ampliaciones, un fotolibro y el servicio de video que incluye la cobertura desde el arreglo de la novia (maquillaje y peinado) hasta el corte de la torta, sin importar cuántas horas sean.

El video incluye tres discos en alta calidad, en blu-ray.

Todo el material que obtiene la empresa de fotografía se entrega como promedio 20 días después de la boda. Si se elige un fotolibro, el tiempo se extiende 10 días más.

En año par hay más bodas, por tradición

El trabajo para los fotógrafos que hacen coberturas de bodas es intenso en año par, y hay más movimiento en los meses de septiembre, octubre, noviembre y diciembre, afirma Daniel Mariscal, quien lidera una empresa que se dedica a este rubro.

Como máximo cubren dos bodas cada fin de semana, es decir ocho en un mes.

Las fotos se deben editar una por una

Las fotos que se toman en un matrimonio se editan “en forma artística”, algunas se trabajan en blanco y negro y otras en color sepia. En algunos casos se cambian los tonos de los colores para que se vean mejor.

El fotógrafo Daniel Mariscal explica que en la edición se quitan los detalles que están demás en las diferentes imágenes.


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