Es evidente que sus fotografías lo hicieron merecedor de ese título, por la emotividad que captura en las bodas a las que asiste y perpetúa con su arte. Se ha afirmado, con razón, que no se limita a reflejar la boda, sino que consigue transmitir los sentimientos de ese acontecimiento tan especial, pues retrata escenas increíbles e imperecederas como los recuerdos.
Los exigentes críticos británicos afirman que las expresivas imágenes que toma narran historias que trascienden lo simplemente visible y, parafraseando a Antoine de Saint-Exupéry, se podría asegurar que capta aquello que es esencial y que suele ser invisible a los ojos de los mortales.
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