Alejandra Silva ya puede volver a marcar la casilla de «soltera».Aunque llevaba más de un año y medio separada de su marido, el magnate de la minería Govind Friedland, la joven de origen gallego que ha conquistado a Richard Gere recibió este miércoles la notificación de que un juez de Madrid ratificaba su acuerdo de divorcio.Ha sido un proceso largo y difícil que se complicó aún más cuando salió a la luz su relación sentimental con el actor de Hollywood. «Alejandra y Govind tardaron meses en ponerse de acuerdo en los detalles de la separación y el hecho de que ella ya haya rehecho su vida no ayudó a dulcificar la negociación. Finalmente, hace un mes firmaron los papeles y esta semana se ratificó en el juzgado. Ya está cerrado, aunque Alejandra sufrió mucho con todo esto», dicen amigos de la pareja.
Las últimas semanas legales del matrimonio Friedland incluso rayaron en lo escandaloso. Mientras Silva y Gere posaban juntos por primera vez para la prensa española para mostrar su apoyo a RAIS Fundación, una organización sin fines de lucro que asiste a más de 40.000 «sin techo», Friedland entraba en el domicilio conyugal de Madrid para llevarse sus senseres sin el consentimiento de su mujer. «La madre de Alejandra tuvo que llamar a la Policía. Ya habían firmado el acuerdo de divorcio y él no podía entrar en la casa sin la autorización de Alejandra. Fue como un allanamiento de morada, aunque ella no quiso presentar la denuncia», explican fuentes cercanas.
Una fortuna en juego
Según ha podido confirmar ABC, Alejandra no ha realizado grandes exigencias económicas a la hora de negociar, tan solo aquello que le corresponde por ley al hijo que tiene en común con Friedland, un niño de casi 3 años. «Había mucho en juego, pero a ella no le interesa el dinero», señalan desde su círculo íntimo.
El ya exmarido de Silva es hijo del multimillonario estadounidense Robert Friedland, dueño de una fortuna que la revista «Forbes» estima en más de 845 millones de dólares (772 millones de euros). Afincado en Singapur, Govind y su padre han levantado Ivanhoe Mines, un imperio minero con negocios de explotación de oro, cobre, cinc y platino en Zambia, Congo, Sudáfrica y Mongolia. Su último pelotazo ha sido la venta de casi la mitad del mayor yacimiento de cobre del mundo, ubicado en la provincia congoleña de Katanga, al gigante chino Zijin Mining Group, por el que se han embolsado 412 millones de dólares.
Govind está muy implicado en el negocio familiar de la minería. Tras licenciarse en Geología en la Escuela de Minería de Colorado (EE.UU.), el exmarido de Silva incluso creó su propia empresa, GoviEX Uranium, una firma de explotación de uranio con fuertes intereses en Nigeria, pero que también brinda servicios de desarrollo a las minerías de su padre en la región de Asia-Pacífico y que provee de materias primas a gigantes tecnológicos como Toshiba. Su hermano, Eric Friedland, también está en el negocio y preside Pregrine Diamonds Ltd., una compañía de extracción de diamantes que opera en el norte de Canadá y en Botsuana.
El joven Friedland también es conocido en la jet set internacional por ser el propietario de Villa TreVille, un hotel boutique en Positano que antes fue hogar del director de cine italiano Franco Zeffirelli. En 2007, el cineasta vendió el palacete, enclavado en el corazón de la Costa Amalfitana, y los Friedland pujaron por ella. El geólogo y su mujer española lo convirtieron en un pequeño resort de lujo en el que se han hospedado estrellas del celuloide de la talla de Uma Thurman, Kevin Spacey, Sharon Stone o el propio Gere. Algunos dicen que fue en este edén privado donde comenzó el romance entre el galán de Hollywood y la joven gallega. Una noche en temporada alta cuesta entre 1.300 y 3.000 euros.
Proyecto en el Tíbet
Ahora que ha vuelto a la soltería, Alejandra «solo mira al futuro». «Está llena de proyectos y acompañada de una persona maravillosa como es Richard, con quien comparte muchas cosas», dicen sus amigos. Ambos tienen una marcada faceta solidaria y están implicados en la lucha por las personas sin hogar. Además predican la fe budista y están valorando organizar retiros espirituales en el Tíbet.
«Lo del Tíbet todavía está muy verde. Cuando tenga la idea más evolucionada, me gustaría explicarlo con más calma», decía la propia Alejandra en el mes de noviembre. Sobre si se ha planteado mudarse a Estados Unidos para estar más cerca de Gere, en aquella ocasión comentó: «Vivo día a día, pero tiene que haber un cambio. Primero, la firma de mi divorcio, y luego espero, porque no quiero hacerme ilusiones...». Ahora tiene luz verde para iniciar una nueva vida.
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