Salma Begum tenía 13 años cuando sus padres la casaron con un hombre que le doblaba en edad y que acababa de dejar a su primera mujer. “Tuve que acceder”, dijo la joven, que entre tanto ha tenido un bebé. El niño se criará allí donde Salma aprendió a buscarse la vida: junto a las vías del tren en un barrio miserable de Dacca, la capital de Bangladesh.
Salma soñaba con una educación. “Podría haber cambiado mi vida si hubiera tenido la oportunidad de estudiar”, dice preocupada por su futuro y el de su hijo, de año y medio. Pero lo que sucedió fue muy distinto: desde la boda, sobrevivir se ha hecho más difícil, afirma. Tuvo que dejar su empleo en una fábrica de ropa y ahora depende totalmente de su marido, que se gana la vida cargando camiones. Pero apenas les da para los tres.
La joven recuerda el día en que, sin ninguna advertencia, de pronto ya no era hija, sino esposa. “Para mi sorpresa, mis padres me habían comprado vestidos nuevos cuando volví de la fábrica”, cuenta. Y preguntó a su madre para qué ocasión los habían comprado. “Son para ti, los hemos comprado para tu boda de esta tarde”, fue su respuesta.
Salma no es la única bangladesí condenada a ese destino. En este país asiático, millones de chicas son obligadas a contraer matrimonio antes de la mayoría de edad, aunque la ley lo prohíba. En casi ningún lugar del mundo la tasa de enlaces con menores de edad es tan alta como en Bangladesh, donde según Unicef el 66% de las niñas se casa antes de cumplir los 18. Y con ello, el acceso a la educación queda fuera de toda posibilidad.
Las niñas son una carga para las humildes familias bangladesíes, explica Rehana Sultana, directora de la asociación de abogadas de Bangladesh. Por eso, los padres intentan concertarles matrimonio con un hombre de mejor posición social, a fin de aliviar su propia carga económica. Aunque una ley de 1929 establece penas de un mes de prisión por los enlaces con menores de edad, apenas se aplica. Y a menudo los padres falsifican los documentos.
La pobreza, la debilidad social de las mujeres, el analfabetismo y los tabúes religiosos causan la expansión de los matrimonios con menores de edad en este país mayoritariamente islámico, dice Masuda M. Rashid Chowdhury, profesora de sociología en una universidad de Dacca. “Sigue siendo uno de los grandes problemas de Bangladesh”, añade. “Estas mujeres podrían aportar mucho más a la sociedad si se les diera la oportunidad de recibir una educación.”
Los tempranos embarazos de las niñas afectan con frecuencia a su estado de salud, dice Naila Zaman Khan, profesora del Instituto de Salud Infantil de Bangladesh. También les resulta difícil educar a sus hijos, explica la experta. Pero hasta ahora, las distintas asociaciones y ONG que han intentado luchar contra estos matrimonios han tenido poco éxito.
Con todo, algunas mujeres sí logran salir de este círculo vicioso. Una de ellas es Monjury Rani Devnath. Con 14 años dio a luz a su primer hijo, pero su marido la dejó al segundo año de matrimonio. Una organización humanitaria británica la ayudó y ahora sueña “con una buena vida”, cuenta.
Devnath se prepara para las pruebas de acceso a los estudios superiores. Entre tanto, su hijo crece junto a otros 500 niños de la organización Shishu Polli Plus (Dpa).
En Calgary, en julio de cada año se celebra la Estampida
La Estampida de Calgary, Canadá, se celebra cada año desde 1912 durante los primeros días de julio en la provincia de Alberta, en ese mismo país norteño. Tiene una duración de diez días con eventos de rodeo, degustaciones, carreras de carretas, conciertos y demás.
En 2006 se batió un récord de asistencia para el último día de la famosa celebración, con más de 1,2 millones de asistentes.
Se inaugura, en la actualidad, con un desfile callejero que es seguido por más de 350 mil personas; luego, muchas de ellas participan en las actividades del festival.
El Mardi Gras se festeja antes de la abstinencia
El Mardi Gras, de Luisiana, es un carnaval que se realiza el martes previo al miércoles de ceniza en la ciudad de Nueva Orleans, Estados Unidos.
Su nombre procede del francés, que se traduce directamente al español como “martes graso”, pero se denomina tradicionalmente como “Martes de Carnaval”. Es propiamente el desfile de las carnestolendas.
El llamado “Martes de grasa” se refiere a que era el último día para disfrutar de los placeres tanto culinarios como carnales antes de la época de abstinencia que marca el inicio de la Semana Santa y la Cuaresma.
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