Pasar de soltero a casado es transitar exitosamente a la siguiente etapa de tu vida. Por eso, según dicta la tradición, los recién casados deben atravesar un puente de punta a cabo; los más valientes, lo hacen cargando a la novia en brazos.
Originalmente se recorrían los puntos más emblemáticos de la ciudad, recuerda Marina, de 80 años, incluyendo iglesias y plazas, para hacer hora hasta que todos los invitados lleguen a la fiesta y puedan aclamar a los recién desposados en su ingreso. La fotografía con el portal de piedra del Montículo era de rigor. Con la aparición del Puente de las Américas y, posteriormente, de los puentes Trillizos, se impuso un recorrido. “Se debe caminar lentamente desde la parte baja hasta la alta, en cualquiera de los puentes”, aconseja Eliana, madrina de varias bodas. “Esto simboliza que la vida de la pareja va a ascender. Por detrás deben acompañarlos, en parejas, los padrinos y los padres de los novios. Al final del puente, los novios deben brindar con champán para la suerte”. Para este fin, vendedoras ambulantes de sidra con copas decoradas ofrecen la botella a Bs 30.
En los Trillizos, como el recorrido es más largo, lo que se hace es descansar en las intersecciones, donde además existen puestos de sándwiches, refrescos y cerveza para “alivianar” el camino de la comitiva.En la ciudad de El Alto se acostumbra a hacer un paso similar, pero por la pasarela.
En Cochabamba
El t’ipanaku (quechua) consiste en que los invitados sujeten billetes con alfileres en la ropa de los novios. Para esto se nombra padrinos. Al final de la boda se hace el conteo del dinero. Si uno tiene más que el otro, su padrino completa la suma.
Santa Cruz
Los inmigrantes collas se toman fotos en las cascadas del Hotel Los Tajibos. Los cambas acostumbran a la hora loca, en que novios e invitados usan cotillón y bailan taquiraris con una banda buri, ya al final de la fiesta.
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