Antes de comprar los anillos y de decidir la fecha de la boda, según los expertos lo más conveniente es que las parejas tengan resuelto primero el tema sobre el sitio donde piensan vivir, pues es un punto clave para iniciar una vida en armonía.
Aunque la decisión depende de muchos factores, según la psicóloga Andrea Ríos, para algunos recién casados compartir la vivienda con los suegros ocurre por problemas económicos, comodidad, dependencia emocional o matrimonios apresurados. Y aunque en un inicio esa ayuda sea de gran alivio, a la larga es probable que puedan surgir algunos conflictos entre los recién casados y los suegros.
Ni en la tuya, ni en la mía. Según el psicólogo Raschid Guardia, vivir en casa de los suegros no es una buena opción, "En corto tiempo va destruyendo a la pareja, porque uno de los cónyuges, especialmente el dueño de casa, no asume perfectamente su matrimonio ya que sigue en su casa, con sus viejas costumbres, su rutina, sigue con todo lo que siempre vivió; entonces eso malogra y daña el matrimonio a la larga", recalca el experto.
La independencia otorga madurez. “El casado casa quiere”, vuelve a recordar Ríos. "Además es parte de la necesidad de consolidarse como pareja y en la que se debe trabajar desde el inicio y como parte de la planificación de la boda", agrega. Para ella, la pareja que recién inicia debe vivir bajo su propio techo, sin importar el tamaño, la distancia o la ubicación de su residencia. "Solo así, podrán convertirse en verdaderos administradores de su hogar", dice.
Asimismo, Guardia indica que es importante que la pareja marque su territorio en el cual va empezar una vida nueva, con sus propias reglas y sin intermediarios. "Este espacio va a ser de gran ayuda para la madurez matrimonial", sostiene.
Para los expertos es mejor empezar desde cero, pero acompañado de la persona que amas, y dedicar un fin de semana a compartir con los padres o suegros, sin llevarles problemas o cargas emocionales.//
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