jueves, 30 de abril de 2015

CAROLINA HERRERA, ELEGANCIA EXQUISITA Sus vestidos de novia son un auténtico sueño

Sus vestidos de novia son un auténtico sueño. La flor de jazmín inspira un auténtico jardín de vestidos en color blanco puro, con cascadas de diminutas flores bordadas sobre amplias faldas de tul, encajes, maxivolantes en forma de pétalos, paneles de transparencias y plumas. La diseñadora nos sorprendió proponiendo un atrevido y sofisticado traje de chaqueta. ¡Divino!



OSCAR DE LA RENTA, REFINADA DELICADEZA

La primera colección bridal de Peter Copping es delicada, romántica y detallista, donde el encaje, la seda y el crepe se constituyen como ejes vertebrales. La colección se realiza sobre dos siluetas, una donde el volumen se hace con todo el protagonismo, pero siempre en versión depurada y delicada, y otra con diseños que realzan la silueta femenina.



MARCHESA, SUTIL SENSUALIDAD

Las diseñadoras Georgina Chapman y Keren Craig crearon una colección de tul y seda capeadas, cuerpos delicados con bordados de cristal, cascadas de flores y mucha piel al descubierto, tanto en los hombros, como en la espalda, con aberturas infinitas y paneles con transparencias, o cut-outs (que serán los sucesores del crop-top de novia este año). Una de las colecciones más sensuales.



MONIQUE LHUILLIER, FEMENINA Y SEDUCTORA

Conocida por sus vestidos de novia etéreos y románticos, Monique Lhuillier nos trajo algo diferente esta vez. La diseñadora se inspiró en la fantasía y sensualidad de Alicia en el País de las Maravillas. “Mi colección es muy sensual y elegante, empujando los limites. Los vestidos son extremadamente sensuales, seductores y pegados al cuerpo. Estos trajes sacan el lado atrevido y bueno de la novia”, dice la diseñadora, que se inspiró en el libro mientras pensaba sobre una niña soñando con su boda. Los escotes y miles de metros de tulle son perfectos para cualquier novia o Reina de Corazones.



JENNY PACKHAM, BELLEZA BOHEMIA

Su propuesta más habitual son los vestidos tipo columna, con drapeados helénicos y caídas sedosas, muy cercanos a la tendencia del vestido de noche de novia, o de estilo lencero. Los detalles: apliques de flores de organza sobre tonos blush, grises, verdes y marfiles, además de bajos en degradé en tonos arena, que se alejan del blanco convencional, destellos metalizados de cristales y perlas, y plumas, que se afianzan como una de las tendencias clave del año que viene.











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