sábado, 25 de julio de 2015

Moda nupcial: Katharine Polk es la nueva reina del altar

Muchos diseñadores que se abren camino en el mundo de la moda sueñan con tener un estudio como el de Katharine Polk en el barrio neoyorquino de Chelsea. La luz que entra por las enormes ventanas no tiene precio. El espacio en forma de L, con suelo de hormigón pulido, está partido en tres zonas. El centro está reservado a sus clientas: novias que buscan un vestido que rompa con la tradición.

Polk, de 31 años, es lo que llaman en el distrito de la moda una de las nuevas diseñadoras a seguir. La revista Style.com la eleva aún más alto, al seleccionarla el año pasado como “The Next Big Thing” (la próxima gran cosa, en castellano). Su firma, Houghton, está considerada, además, como una de las más innovadoras en el negocio de la moda nupcial. Y todo esto en solo tres años, tras debutar en la Semana de la Moda de Nueva York cuando la carpa se levantaba en el Lincoln Center.

La diseñadora californiana fue la invitada estrella en la Barcelona Bridal Week, una feria dedicada al mundo de la moda nupcial. Ya es el evento líder del sector en Europa, pero sus organizadores aspiran a que pronto tenga la altura del Congreso Mundial del Móvil. Katharine Polk les ayudó a darle más dimensión en Estados Unidos. Su pasarela se celebró el 8 de mayo, el último día de la muestra, cita para la que creó seis vestidos exclusivos.

Polk admite que todo fue muy rápido. Presentó Houghton —nombre que tomó prestado de la actriz Katharine Hepburnen 2011. La colección Ready to wear (lista para vestir) le llevó a la nupcial. Explica que sus trajes de novia son para una mujer que desea casarse con algo moderno, simple y sexy. “Hay un nicho muy claro más allá del típico vestido”, señala.

Los modelos que cuelgan en su atelier son muy femeninos, con un estilo easy chic en linos de seda, gasas, encajes y bordados.

Aunque su estudio está en Nueva York, vende por todo el mundo. Reino Unido y Australia son sus principales mercados fuera de EEUU. También tiene cuentas en Japón. Barcelona, al ser una ciudad global, dice, ha sido un buen trampolín para abrirse a una nueva audiencia. “Hay muchas mujeres listas para llevar algo diferente a lo que se suele ver en las ceremonias”, explicaba mientras mostraba a sus espaldas el vestido que le encargó su única cliente española. “Hubo que hacerle una capa que representaba un velo para que no quedara tan expuesta”.

Como ella misma sostuvo, sus piezas tampoco son una alternativa radical. Su precio de partida son 2.450 dólares, aunque pueden superar los 20.000. “Es duro hacer algo diferente, pero es muy gratificante cuando al público le gusta”, señala la creadora. “Algunas vuelven para que le demos una segunda vida, convirtiéndolo en un vestido de cóctel”.

Polk tiene muy clara la idea de dónde quiere llegar y se adapta a las necesidades de cada mercado cuando la oportunidad merece la pena. Aunque admite que en este momento trata de contener el rápido crecimiento de la firma Houghton. Solo en el primer trimestre de este año dobló las ventas de todo 2014. Sus principales clientes, contó, son otras diseñadoras del mundo de la moda, quizás porque las firmas que hacen algo que se sale de lo común son pequeñas.

Miquel Serrano, responsable de la Barcelona Bridal Week, cree que el sector de la moda nupcial español tiene cosas que aprender de Polk. Su objetivo fue la reciente edición del evento, por eso, trató de mostrar al mundo que en España hay marcas muy buenas que no son grandes, “pero que ofrecen un producto de grandísima calidad y acabados hechos a mano”.





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