En una reunión íntima y familiar, Eduardo Mansilla y Gabriela Vargas sellaron su compromiso de amor y ya preparan su boda para agosto.
El lugar elegido por los prometidos para el acto formal fue la casa de la futura novia, que estaba decorada con velas perfumadas donde disfrutaron de una exquisita paella de mariscos junto a los padres de ambos, entre otros familiares.
La alegría de los presentes no se hizo esperar y de inmediato empezaron con los preparativos para el día tan esperado.
Durante la velada, Eduardo y Gabriela recordaron la noche que se conocieron, gracias a su amiga en común Roxana Hurtado.
Ambos son profesionales y sueñan con una luna de miel en Bora Bora o Hawái. Algo anecdótico es que Eduardo le pidió matrimonio un día antes del corso, durante una cena romántica que se a cabo en el restaurant Michelangelo
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