El sábado, a las 19:15, las campanas de la iglesia Santísima Trinidad empezaron a repicar anunciando la boda. María Teresa Roca está a unos 400 metros, en el hotel El Campanario, acompañada de su hermana Alison y su mamá Ingrid Córdova.
Minutos más tarde, con el cabello recogido y enfundada en un tradicional vestido blanco diseñado por Éricka Weise, María Teresa entra a la iglesia y recuerda que este es el desfile más importante de su vida, en el que su padre Manolo Roca la entrega al que será su esposo. No está nerviosa, sin embargo, se la ve un poco atareada por los 38 ºC con los que tiene que lidiar.
Luego de 45 minutos, mientras el ensamble de San Ignacio de Moxos interpreta música barroca, María Teresa y Ronny son declarados marido y mujer. Y los invitados, con celular en mano, los siguen hasta la fachada de la iglesia, donde los aplausos y los fuegos artificiales se suman a este cuadro marcado por las emociones.
Unas vueltas por la plaza antes de la celebración, en el Club Social 18 de Noviembre. Los ahora esposos entran al salón principal y los más de 300 invitados, de los cuales 150 llegaron desde Santa Cruz, La Paz y Cochabamba, se ponen de pie para que la ceremonia civil siga su curso. Y antes de que termine, Ernesto Suárez, el exgobernador del Beni le da la bienvenida a ‘Teresita’ a su familia.
¡Y que empiece la fiesta! Ronny y María Teresa pronto se convierten en el alma de la fiesta con sus intervenciones de baile y buen humor. Son la ‘chispa’ que invita a ser parte de su alegría, a tal punto que los invitados se animan a hacer dos competencias de baile, una a pedido del grupo musical Etiqueta Negra y otra del Show de la Hora Loca, en las que los chicos se llevan la flor. Alrededor de las 2:30, la fiesta sigue en su ‘punto caramelo’ y casi la mitad de los invitados le siguen sacando brillo a la pista. El festejo sigue el domingo, cuando los recién casados ofrecieron una ‘piscineada’ y un churrasco
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