Antes que nada, debemos determinar la hora y el lugar donde se llevará a efecto la ceremonia y recepción social. Recordemos que la hora de la boda es muy importante al momento de decidir el estilo que usaremos; si es por la mañana y al aire libre, usaremos menos ornamento y brillos pudiendo optar por una alternativa menos recargada y más fluida.
Si por el contrario el evento se llevará a efecto por la noche, podremos utilizar un gran vestido con mucho glamour, pedrería, cola y velo. Naturalmente, la opción deberá ser determinada también por las características físicas, estatura y presupuesto de la novia.
Como premisas básicas podemos considerar:
• Novias altas: Pueden llevar mucho vuelo en la falda, velo y cola larga
• Novias bajitas: La amplitud de la falda debe ser moderada, sin mucho can-can, lo ideal es que la falda tenga colán o prescinda de él, sin recurrir a una cola postiza que podría dar un efecto que disminuirá el porte de la novia.
• Novias delgadas- telas ricas contexturas con relieve, encajes, brocados, gasas vaporosas…
• Novias rellenitas, materiales lisos, con buena caída, aunque se pueden utilizar detalles con relieve y bordados en lugares estratégicos muy bien dispuestos.
• Si se desean, los escotes profundos podrían ser utilizados en la espalda, pero no en el pecho pues en ese gran día, la novia debe verse bella y su vestido primoroso.
• Los velos con mucho volumen deben ser llevados por rostros delgados y cuellos largos, mientras que aquellos que son más rellenitos pueden lucir velos más sencillos y alargados.
• Si el vestido es largo, los zapatos de novia deben cubrirse, si optamos por uno corto, nunca demasiado corto.
• El bouquet de la novia: flores naturales que armonicen con el vestido.
¡Suerte, que el amor sea el componente más importante en el día de tu boda!
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