La cuenta atrás para el ansiado día en que los novios se convertirán en esposos ha comenzado. Según van pasando los días y esa fecha se vuelve cada vez más cercana, los futuros cónyuges tiene sentimientos encontrados: una intensa mezcla de entusiasmo, ganas y euforia con estrés, dudas y desazón.
Ella puede sentirse agobiada por la preocupación de que los preparativos vayan bien y todo salga según lo previsto el “gran día”. En él, por su parte, pueden surgir la incertidumbre e incluso el pánico ante el futuro gran paso que cambiará su vida.
Cuando una situación nos desborda
“A veces, las parejas próximas a casarse pasan por esta situación: cuando se acerca la fecha de la boda, olvidan lo romántico del compromiso y del noviazgo, y la relación entra en un periodo de crisis motivado por el estrés que generan los preparativos”, explica la psicóloga Alicia López de Fez, que dirige del Centro de Psicología López de Fez (CPLF), en Valencia (sureste de España).
“El estrés se produce cuando creemos que una situación desborda nuestros recursos o capacidades”, explica a EFE-Reportajes ésta reconocida experta, una de cuyas especialidades es la terapia de parejas.
“En el estrés prenupcial, los novios se sienten desbordados por los preparativos de la boda, los gastos que se avecinan, las intromisiones de los familiares y, como consecuencia, surgen comportamientos agresivos, desinterés y, en ocasiones, incluso reacciones de huida que pueden desembocar en el deseo de finalizar el compromiso”, explica la directora del CPLF (www.centropsicologialopezdefez.es).
Según Alicia López de Fez, “planificar una boda no es tarea fácil. La gran mayoría de los novios se preocupa durante los meses previos por conseguir que ese día sea inolvidable, especial, tal y como lo han soñado toda su vida, por lo que dedican mucho tiempo y esfuerzo a los distintos aspectos que engloba la organización de su boda”.
“Toda esta energía, unida a los gastos y, en general, a la nueva vida que van a comenzar juntos originan un ambiente de tensión y estrés”, indica la psicóloga.
“Pero –prosigue la experta- la boda está ahí y hay que organizarla. Por ello, más que intentar cambiar la situación en sí, los novios deben cambiar su manera de valorarla, esforzándose por aumentar sus recursos para hacer frente a los obstáculos que se vayan presentando y por adquirir otros recursos nuevos que antes no necesitaban o, al menos, no tan urgentemente”.
De acuerdo a esta experta los futuros esposos “tienen que aprender a hacer del estrés su aliado y aprovechar la presión para dedicarse positivamente al desafío de organizar una boda. Quizás requiere un esfuerzo grande, pero este esfuerzo va dirigido hacia algo que tiene un verdadero sentido positivo para los novios”.
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Entrevista
La organización de la boda: algo positivo
¿Cuáles son las principales causas del estrés prenupcial en la mujer?
Tradicionalmente, en nuestra cultura occidental el peso de los preparativos de la boda recae más sobre la novia que sobre el novio. En general, es la mujer quien, además de continuar con sus obligaciones cotidianas, tiene que preparar la ceremonia, el convite, buscar el fotógrafo, elegir los detalles para los invitados, etc.
Pero, en el fondo, lo que subyace como causa más frecuente del estrés prenupcial femenino es un perfeccionismo innecesario, estéril, que ninguno de los invitados espera. Un perfeccionismo que vuelve miope a la novia y, que presionada en parte por su entorno, le hace perder la perspectiva de lo realmente importa.
Por otro lado, si existen conflictos previos entre las familias de los novios, éstos también contribuirán a hacer más difíciles las negociaciones necesarias en la preparación de una boda y subirá, por tanto, el nivel de estrés.
¿Y en el hombre, cuáles son las principales causas del estrés previo a las nupcias?
En general, el hombre se ve menos afectado por el estrés. Su papel en los preparativos suele ser secundario lo que le protege de vivir los síntomas del estrés prenupcial. También su nivel de exigencia y de perfeccionismo suele ser más moderado y esto le ayuda a vivir los preparativos con menos angustia.
No obstante, se pueden ver indirectamente afectados si perciben a su pareja irritable, de mal humor como consecuencia de los preparativos, ya que no entenderá cómo algo que tiene que ser para disfrutar, se convierte en fuente de malestar y en motivo de discusiones que, en algunos casos, nunca antes habían existido con tanta fuerza.
Reduce la tensión!
¿La crisis por estrés prenupcial puede ser un reflejo de cómo abordará la pareja sus problemas, retos y conflictos cuando ya estén casados?
Sí. Efectivamente, la forma en que una pareja afronta los preparativos de su boda podría considerarse como un barómetro de su capacidad para resolver los retos de la vida cotidiana. Si se pierden en darle importancia a detalles o aspectos que no la tienen, probablemente vuelvan a tropezar en la misma piedra en situaciones delicadas que, al igual que la preparación de su boda, requieren negociación por ambas partes.
Ver la boda como una oportunidad para aprender a negociar, para escuchar al otro, para comunicar sentimientos y expresar necesidades, acercará definitivamente a la pareja al “SÍ, QUIERO” con más fuerza, convencimiento e ilusión.
¿Qué medidas específicas puede adoptar la pareja para reducir o evitar el estrés prenupcial y resolver sus posibles consecuencias?
Hay una serie de ideas básicas que pueden ayudar a los novios a controlar el estrés prenupcial y convertirlo en su aliado, como por ejemplo tratar de ver la organización de la boda como algo positivo, pensando que las cosas saldrán bien y evitando las quejas continuas sobre las dificultades que se presentan.
También es importante comunicar abiertamente y con calma los problemas que vayan surgiendo, lo que evitará discusiones innecesarias con familiares y amigos.
Además los novios deben pedir ayuda y delegar parte del trabajo: no se trata de que lo abarquen todo solos. Probablemente haya personas a su alrededor que estén deseando echarles una mano y basta con que se lo pidan. También pueden, y siempre que su presupuesto se lo permita, contratar los servicios de un profesional especializado en la organización de bodas, como un ‘wedding planner’ o planificador de bodas.
Realizar una buena planificación de las distintas actividades para evitar así los nervios y las prisas de última hora, y practicar alguna técnica de relajación que ayude a rebajar la tensión y a ver las cosas con perspectiva, también puede ser útil para aliviar el estrés pre-nupcial.
Intégralo!
Para un hombre, los preparativos de la boda son territorio desconocido; por un lado, él no sabe qué hacer y por otro, tú no lo integras. Lo irónico es que muchas novias se quejan de que “él no hace nada” o porque no se sienten acompañadas por sus novios durante el proceso de planificación. Toma en cuenta estos tips y deja que forme parte de la organización prenupcial.
Comunícate. Habla con él sobre la organización y dile que te encantaría que forme parte del proceso porque es algo de los dos. Luego, pregúntale qué le gustaría hacer. Si no te dice, toma la iniciativa y pregúntale si estaría cómodo haciéndose cargo de ciertas tareas.
Lo que le gusta. Lo que más les interesa a ellos es la música y las bebidas. Habla con él sobre lo que le gustaría hacer en cuanto a la música y la barra y ayúdalo a hacer una lista de las cosas que debe tener en cuenta (número de invitados, qué no les gustaría en cuanto a música, qué tener en cuenta al contratar a un Disc Jockey, etc.).
No descuides a tu pareja. Para algunas parejas, la organización del casamiento se convierte en el momento más hermoso de la relación, y para otros, en una pesadilla. Es importante no descuidar la relación durante el tiempo que tome la planificación de la boda, que puede ser desde un año a dos meses. No dejes que la organización los aparte del propósito principal, unirse en matrimonio porque se aman. Tampoco dejen de disfrutar momentos juntos. Si el tema del casamiento los está absorbiendo, hagan “citas” entre ustedes dos para hablar de los detalles del casamiento y no permitan que éste sea el único tema de charla.
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