Con la mirada de amor hacia su pareja y la esperanza de formar una familia, ambos esperan el día de su unión matrimonial, sin embargo, no se trata de un matrimonio tradicional, pues ellos tienen el firme objetivo de reafirmar las tradiciones ancestrales en su ceremonia.
Como en pocas ocasiones, en esta oportunidad un hermano gemelo contraerá nupcias con una mujer que también tiene su melliza, lo que para la cultura aymara representa un buen augurio. Para lograr su cometido varios amautas buscarán que esta unión sea realizada con la bendición de los seres ancestrales
“Para la cultura aymara es muy importante el nacimiento de dos seres a la vez, hasta en la producción, cuando salen dos papitas juntas es señal de buen augurio, de abundancia, en este sentido para nosotros los gemelos son dignos de agradecimiento a la madre tierra y es una suerte que esta pareja se una, es por eso que varias asociaciones de amutas estamos organizando el matrimonio”, aseguró el amauta Víctor Machaca.
El ritual ceremonial será realizado en Jachha Apacheta de Warakho Achachila, para la unión civil hoy a las 10:30 y la ceremonia ancestral en Pajchiri el sábado 20 a la misma hora.
“Escogimos este lugar porque es el sitio sagrado de los mellizos y gemelos, posteriormente compartiremos el tradicional apthapi”, aseveró el amauta.
Por su parte, los novios se mostraron ansiosos por las características de la unión.
“Queremos recuperar esta costumbre de los tatarabuelos y escogimos esta temporada porque comenzará el tiempo de cosecha con el objetivo de que en nuestra familia haya mucha abundancia”, comentó la futura esposa, Juana Machicado.
Agregado a ello, el novio también reflejó la importancia de seguir con las costumbres de los ancestros.
“Queremos dar el mensaje de que en El Alto contamos con lugares sagrados y es preciso efectuar la unión ahí para que dure. A nosotros nos denominan illa que quiere decir con suerte por eso es que mi pareja será para mí más que mi amuleto”, manifestó Juan Carlo Ballón Rojas, el novio.
Otra de las pretensiones de su unión, está enfocadas a una familia para siempre.
“En la cultura aymara, no existe el enunciado, hasta que la muerte nos separe, los matrimonios son para la eternidad y es como decidimos nuestro futuro, para siempre”, remarcó el novio.
También la pareja señaló que los preparativos de este estilo de matrimonio son más complicados en relación a una unión tradicional urbana.
“La distancia, la vestimenta, los invitados y la espiritualidad del ritual hacen que sea un tanto más difícil de llevar adelante nuestros planes, sin embargo, creemos que todo será tendrá frutos porque es nuestra convicción”, arguyó la futura esposa.
Toda la ceremonia ancestral tendrá características típicas de Los Andes, también la vestimenta de los futuros esposos está plagada de detalles y símbolos andino y al igual que la ceremonia del Vicepresidente, todo el mundo está invitado a compartir del bufete aymara.
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