domingo, 30 de septiembre de 2012

La nieve bendice las nupcias de un gemelo y una melliza



En ayunas, agarrados de la mano y portando banderas blancas como símbolo de pureza, Juan Carlos Ballón y Juana Eritza Casaca se casaron ayer mediante el ritual andino en Pachjiri, un sitio ritual prehispánico.

A las 07.00, un bus color verde partió de la avenida Juan Pablo II de El Alto con unas 45 personas a bordo, amautas y yatiris en su mayoría. Eran los invitados de la primera pareja compuesta por un gemelo (Juan Carlos Ballón) y una melliza (Juana Eritza) que se casa siguiendo las tradiciones andinas, algo que no sucedía desde los principios de la Colonia, según el Consejo de Amautas Indígenas del Tahuantinsuyo.

El miércoles 26, el novio, de Palca (Sud Yungas) y la novia, de Suriqui (lago Titicaca), contrajeron matrimonio civil en la urbe alteña, en la que residen. La lectura de la coca fue la que determinó que la boda espiritual fuese en Pachjiri y no en otro cerro ritual.

A las 10.45 de ayer, los novios aparecieron en lo alto del cerro acompañados de sus padrinos, todos ataviados de forma ancestral. El grupo fue recibido con música y aplausos de los invitados: amautas, yatiris y dirigentes de diferentes municipios y comunidades de La Paz, así como la Viceministra de Igualdad de Oportunidades, Karina Marconi, y la jefa de la Unidad de Enlace con Organizaciones y Líderes del Proceso de Descolonización del Ministerio de Descolonización, Dora Arteaga.

Tres wiphalas decoraban la superficie rocosa del cerro, desde donde se divisa la Cordillera Real y parte del lago.Al comenzar la ceremonia, los amautas pidieron permiso para celebrar el ritual a los apus, deidades y antepasados ante las piedras gemelas, una hembra y otra varón, ya que Pachjiri está dedicada a la dualidad. La solicitud se hizo lanzando flores, coca, cerveza y dando vino y alcohol mezclados con la hoja sagrada. Para los amautas este matrimonio es símbolo de un equilibrio de energía y la llegada de un nuevo tiempo que será positivo para el mundo andino.

El momento más emotivo se dio cuando hicieron ofrendas al cosmos. Soplaba un viento frío pero lucía el sol, debajo del cual pasaba una fina. De repente, empezaron a caer copos de nieve. “¡Buena suerte es!”, dijo una naturista. Cuando dejó de nevar, se acercó por el cielo un cóndor. “Eso es fortuna”, aseguró otro yatiri.

Entonces apareció un invitado que se había rezagado: el viceministro de Descolonización, Félix Cárdenas. Los novios, serios, silenciosos y agarrados de la mano en todo momento, estuvieron escoltados por los padrinos durante la ceremonia, que fue solemne y cuya función era pedir prosperidad y protección para los novios.

Entre la comitiva de la boda había un hombre cuya mano derecha sólo tenía el dedo pulgar y el corazón; en el rostro de otro resaltaba un ojo sanguinolento, mucho más abierto que el otro, y con los labios desiguales. Juan Luis Ballón, gemelo del novio y yatiri también, presentaba cojera. En los Andes, éstas son señales de un don especial y muchos que las tienen son amautas o yatiris, destacó Cárdenas.

La boda continuó por la noche en el local Flores, en El Alto, cerca de la plaza Ballivián, sin vals, champán ni morenada: sonaron moceñadas, tarqueadas y se bailó irpasta. Un lugar de ofrendas

sitio ritualPachjiri está a 92 km de La Paz, a 4.420 m.s.n.m., dentro del municipio paceño de Achacachi.suciedadBotellas de plástico y vidrio de las ofrendas, papeles y hasta pañales pueblan el cerro místico.

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