Tras la boda del vicepresidente Álvaro García Linera y la periodista Claudia Fernández, celebrada el sábado pasado en el complejo arqueológico de Tiwanaku, autoridades y representantes de ese municipio impulsan un proyecto para organizar matrimonios andinos, pero aún no se definió si serán en las ruinas o en otros sitios de la región.
“Los matrimonios serán en lugares estratégicos porque todo el municipio de Tiwanaku es sagrado. No podremos celebrarlas en algunos sitios como el templo de Kalasasaya porque es un lugar muy delicado y por eso recurriremos a otros espacios”, explicó el alcalde Marcelino Copaña, aunque el presidente de los amautas de la región considera que éste y otros lugares de la ciudadela precolombina deben ser tomados en cuenta debido a su valor espiritual.
Entre algunos de los espacios que se habilitarán para estas ceremonias están la Laguna Verde y Cerro de Lloco-Lloco.
Copaña indicó que además de fomentar el turismo, este proyecto busca recaudar fondos para cubrir gastos como recojo de basura y otros requerimientos de la población. “Todo lo que se recaude será para el municipio”, sostuvo y prefirió no adelantar el costo que tendría una boda andina.
Aunque la idea de regular estos actos tomó forma a raíz del enlace de García Linera, la localidad paceña ya acogió antes no sólo matrimonios, sino bautizos y otro tipo de ceremonias de gente atraída por la historia y connotaciones espirituales de la cultura tiwanacota.
Además de técnicos del municipio, en el proyecto trabajan autoridades originarias y representantes de los vecinos, entre otras instancias. “También estamos coordinando con el Ministerio de Culturas porque no podemos hacerlo solos”, dijo Copaña.
Lucas Choque Apaza, presidente del Consejo de Amautas de Tiwanaku, considera que las bodas andinas ayudarán a que la gente conozca las costumbres y a que “crezca la espiritualidad pues será una manera de recuperar tradiciones del antiguo Tiwanaku”, dijo.
Según Choque, en la zona hay varios sitios sagrados, pero sólo unos pocos son adecuados para celebrar bodas, entre los que nombró a Kalasasaya, Akapana y Puma Punku, ubicados dentro del sitio arqueológico.
“Es importante que se realicen bodas en estos lugares porque es un centro ceremonial, patrimonio de todo el planeta y todos tienen derecho a casarse ahí”, sostuvo y agregó que sólo hay cuatro personas con los conocimientos necesarios para realizar este tipo de ceremonias.
Al respecto, el investigador Carlos Ostermann señaló que siendo Tiwanaku uno de los sitios arqueológicos más importantes de América del Sur, “no es apropiado que se organicen matrimonios en el lugar”.
“No puede volverse una sala de matrimonios porque es un área bastante frágil y también un símbolo, y por eso debería merecer respeto”, enfatizó.
Hace dos semanas, expertos de la Unesco visitaron el sitio y dejaron 18 recomendaciones de conservación y preservación, entre ellas que se restrinja el flujo de visitas a ciertas áreas especialmente frágiles del complejo declarado Patrimonio de la Humanidad.
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